La convivencia en el contexto escolar.

Si nos fijamos en el concepto de "convivencia" podemos tender a pensar que tiene un significado positivo, relacionado con los principios básicos de educación. Pero por desgracia esto no siempre es así. Por este motivo todos los colegios e institutos tienen su propio plan de convivencia, en el que se plantean normas básicas para fomentar el bienestar de todos los alumnos.

Resultado de imagen de profesores padres y alumnos cooperacionPlanteándonos la cuestión desde este punto de vista, me parece un poco irónico que sea necesario tener que crear un plan de convivencia para poder ser capaces de tener relaciones respetuosas y agradables entre los miembros del sistema educativo, dónde se supone que se educa a las personas para saber comportarse de este modo.

Pero hay que tener en cuenta que la necesidad de este plan se basa en que en el contexto educativo conviven personas muy heterogéneas, no sólo a nivel de diferencias individuales, sino que tenemos tres grupos con necesidades diferentes:

Los profesores: Deben transmitir a los alumnos conocimientos y valores que les ayude a formarse como personas adultas.
Los alumnos: Cuyo objetivo en muchas ocasiones no es simplemente aprender, sino que priman relacionarse con su grupo de iguales y pasarlo bien. Aunque esto por supuesto que tiene un impacto en su desarrollo.
Los padres: Su deseo (en la mayoría de los casos) es que los hijos tengan buenas calificaciones para poder acceder a un buen futuro.

Entonces, si tenemos en los factores del contexto escolar, nos damos cuenta de que es necesario encontrar un balance entre ellos para poder fomentar la convivencia, lo que justifica dicho plan. Pero el problema desde mi punto de vista, es que a pesar de existir este plan en todos los centros, no hay una coordinación real entre los tres grupos y esto es lo que realmente origina el problema. 
Entonces como posible solución plantearía talleres ocasionales en los que pudiesen participar todos ellos, para poder así intercambiar opiniones y poder llegar a un consenso desde el que se podría empezar a hablar de convivencia.

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